IMAGINERIA
CRISTOS YACENTES
La cofradía cuenta con tres representaciones distintas de Cristo Yacente. El más antiguo de todos data de 1583, cuando la recién instituida cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y del Monte Calvario acordó procesionar su Cristo y celebrar con él la ceremonia del Descendimiento, que se mantuvo hasta el último tercio del siglo XIX. Por este motivo, presenta los brazos articulados.
En los últimos años se consiguió restaurar no sólo el Cristo, también la urna original del Cristo Yacente, que se encontraba en el Convento de Santa Clara abanonada, y el que desde entonces procesiona es de nuevo el más antiguo, que cuenta como hemos dicho anteriormente con brazos articulados, habiendose vuelto a retomar la ceremonia del Descendimiento. Su última restauración ha sido llevada a cabo en el 2016.
Otra efigie, un poco posterior, es la conocida como «del peral», por la
madera en que fue tallado. Recientemente esta imagen fue objeto de un
extraordinario trabajo de restauración, que dejó al descubierto la
policromía original del Cristo y algunos detalles, como el volumen de
las venas o las llagas sangrantes, que actuaciones posteriores habían
ocultado.
En los años sesenta, el estado lamentable en que se encontraba la urna del Cristo Yacente articulado obligó a sustituirla. La cofradía, sin recursos, no pudo afrontar tal inversión, por lo que en 1967 la entonces Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Cáceres adquirió y regaló a la cofradía el paso del Cristo Yacente, que fue el que sacó en procesión hasta finales de los años noventa. Se trata de una obra en talla, realizada en Madrid, siguiendo el modelo del Cristo Yacente del Pardo de Gregorio Fernández. En la actualidad es el Yacente utilizado para los actos del Besapies.
VIRGEN DE LA SOLEDAD Se trata de una imagen de las denominadas de candelero, es decir, que sólo cuenta con el rostro y las manos de la Virgen, ya que el resto del cuerpo es un bastidor de madera y alambre sobre el que se coloca el vestido y el manto. Es de finales del siglo XVI, de factura popular.
Los cacereños de antaño tuvieron mucha devoción a esta advocación. El Domingo de Pasión, se trasladaba procesionalmente hasta el Calvario, donde permanecería hasta la tarde del Viernes Santo en que, tras la ceremonia del descendimiento, se organizaba la procesión del Santo Entierro, que finalizaba en Santa María, de donde partía, aún en la mañana del Domingo de Resurrección, al encuentro de su Hijo resucitado, momento en que se le retiraba el velo negro. Su última restauración ha sido llevada a cabo en el 2015. VIRGEN DE LA ALEGRIA Imagen de vestir, adquirida en Madrid en 1930, para la procesión de la mañana de Resurrección. Su rostro muestra la alegría propia de dicha conmemoración, que se realza con el manto de raso blanco bordado en oro. Lleva aureola de filigrana de plata sobredorada y corona de filigrana de plata, obra del orive de Ceclavín, asentado en Cáceres, Lorenzo Llanos.
CRISTO RESUCITADO
Desde 1930 también procesiona una imagen del Señor Resucitado de
escayola, que vino a sustituir, desafortunadamente, a la que en 1609
tallara Tomás de la Huerta.
VIRGEN DE LA SOLEDAD del Calvario Camino del Santuario de la Montaña, se encuentra nuestra otra ermita, en este caso la Ermita del Calvario, aunque cerrada al público la mayor parte del año, en ella esta de manera permanente la Virgen de la Soledad del Monte Calvario. Recuperada la antigua romería, es aquí donde cada Domingo de Lázaro (el domingo anterior al Domingo de Ramos) se recuerda a los cofrades difuntos y se imponen la medalla los nuevos hermanos.
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